Bilardo, el doctor del fútbol elige el camino fácil: entrevistas, contexto histórico y una edición convencional, con recortes de diarios incluidos dentro de una multimedia atractiva e intensa. Pero, detrás de la sencillez audiovisual, hay una producción donde el “loco” director técnico poco a poco da paso a lo más valioso: su humanidad.
Desde la intro animada (ya una linda narración en sí), el documental lo desgrana en todo sentido. Está el fútbol, el “tipo de barrio”, el médico, el mito y, sobre todo, el legado. Por eso, también está la frase final del propio Bilardo: “la verdad es relativa”. Porque, claro, un DT tan atacado por los medios de comunicación en los 80 debió tener algo que no percibimos a primera vista. Y allí es donde la producción comandada por Federico D’Elía, actor en la recordada Los simuladores e hincha de Estudiantes de La Plata, pone un foco muy cálido.
Entonces, nada mejor que empezar con el DT filmando a su hija, Daniela, en un pasaje doméstico de su adolescencia. Misma hija que se prestó a ser entrevistada y que, prácticamente, es el hilo conductor a lo largo de cuatro episodios.
Llegan apellidos como Verón, Menotti, Grondona, Simeone, Ruggeri, Villafañe. También, Maradona. Pero volvemos siempre a Daniela, como quien vuelve a su ciudad después de un largo tiempo para entender que las cosas tienen muchos más niveles que un dibujo táctico.
Sin embargo, cada entrevista no escatima en detallar la locura futbolística que ya conocemos de Bilardo. Está en su autobiografía, Doctor y campeón, y está en las innumerables anécdotas que los medios (aquellos mismos que lo vilipendiaban) hoy publican con gracia editorial, casi como una disculpa implícita.
¿Por qué se nos vuelve a contar esto? Hay dos razones: la primera, la expansión latinoamericana que permite HBO; la segunda, nuevamente el legado, ese que se aleja del personaje y entra en la persona.
En verdad, hay una razón extra: hasta hoy, nadie se había ocupado de unir algo de las vivencias de Bilardo, su familia, sus exdirigidos y sus amigos o “enemigos” (sí, la serie tampoco busca reavivar ninguna llama, sino terminar con falsas discusiones). Nadie rescataba una leyenda controvertida para arrancarle la lámina juiciosa y revelar que aquel doctor no ganó solo en la cancha, sino también en la vida. Porque nadie sale campeón del mundo pinchando al rival con “alfileres” o entregando un bidón de agua en dudoso estado: la realidad, la victoria detrás de escena, es más luminosa que cualquier locura.
Es por ello, quizá, que sus creadores no eligieron retratar todo su trayecto. No hay una biografía de pe a pa, un relato de sus inicios en San Lorenzo, una melancolía de la época de oro con Estudiantes, una explicación del 3-5-2, sus aventuras barriales o el comienzo de su obsesión por cada aspecto del fútbol. Lo que hay son los mundiales 86 y 90 junto con obstáculos y superaciones correspondientes; un DT que empezó a construir el predio de la selección argentina en Ezeiza; un “loco” que convirtió la excentricidad en un catalizador de nuevos valores en el fútbol; un docente que construyó escuelas deportivas en todo el mundo; un hombre negado, aceptado y, finalmente, reconocido.
Lo que hay es el largo plazo, un obrero que buscó marcar el beneficio del trabajo (¿y no es ese el objetivo de todo lo que llaman “proyecto” en el fútbol y en cualquier otro campo?).
“Carlos Salvador Bilardo, futbolista, técnico argentino, campeón del mundo y Médico. Sus inicios como futbolista en San Lorenzo, su gloria en Estudiantes y su carrera como técnico de fútbol en Argentina. Conoce a la persona que hay detrás”, reza la síntesis del documental en IMDb. Sí, había una persona detrás. Después de ver la serie, está adelante.
Bilardo no se “olvidó de vivir”, como alguna vez él afirmó. Daniela lo confirma. Sus colegas y “alumnos” lo remarcan. Las lágrimas de su exayudante, Miguel Lemme, lo aseguran. Los periodistas lo asientan. Gloria a esa inversión semántica, y gloria a las historias que nos dejan ver el triunfo de las personas.
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Buena realización.No es efectista.Es sincera y destaca todos los aspectos de un personaje controvertido pero funfamentalmente auténtico en su pasión por el futbol.
Buena realización.No es efectista.Es sincera y destaca todos los aspectos de un personaje controvertido pero funfamentalmente auténtico en su pasión por el futbol y sobre todo muy querible.