La grilla de Disney + sumó a Encanto, una película animada de fantasía con un mensaje acerca de la búsqueda de la verdadera vocación de cada uno.
La primera mitad de la película se concentra en especial en la descripción de los personajes y sus poderes, tales como superfuerza, control del clima y curar a través de la comida, entre otros. Gran parte de esto se da con pintorescas canciones a modo de musical.
Sin contar con la presencia del clásico malvado, el miedo de los Madrigal se da por una siniestra visión que en el pasado tuvo Bruno (John Leguizamo), tío de Mirabel, quien un día desapareció. Se trata de un enigmático e interesante personaje que no está del todo aprovechado por un guion que queda a mitad de camino.
Otro punto poco efectivo del film es el humor: los chistes poseen un tono más específico para niños pero, por momentos, la trama puede resultar algo engorrosa para ese público. Las razones de la elección de un atractivo país como Colombia tampoco quedan del todo claras: los elementos culturales utilizados se dan de manera forzada, desconectada de lo que se quiere contar, muy lejos de lo que por ejemplo logró Coco con la tradición mexicana.
En cuanto a lo positivo, el diseño de los personajes es prolijo. Cada uno tiene lo suyo y resultan atractivos. La protagonista genera empatía con el espectador y se adapta de manera excelente al contexto. El problema radica en que ese acierto no está acompañado por la narrativa más apropiada.
El drama familiar cuenta con una resolución abrupta y atolondrada, que no deja el mejor sabor. En síntesis, es una producción que cumple en cuanto a la animación y la simpatía, pero que no tiene la vuelta de tuerca ni la chispa necesaria para distinguirse.
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