Netflix lanzó la película Herida, la cual está protagonizada por la ganadora del óscar Halle Berry, quien además realiza su debut como directora. Se trata de un drama deportivo que cuenta la historia de Jackie Justice (Berry), una luchadora de artes marciales mixtas (MMA), que busca volver a los primeros planos tras una humillante derrota años atrás.
La actualidad de Justice está muy lejos de sus días triunfantes en el octágono y vive con su violenta pareja -y supuesto manager-, Desi (Adan Canto). Una noche, tras regresar de una sangrienta lucha ilegal, la deportista encuentra a su madre con un niño, el pequeño Manny (Danny Boyd Jr.), a quien Jackie abandonó y que, tras el reciente fallecimiento de su padre, quedó en soledad. Este hecho sirve de motor para que la protagonista quiera ordenar su vida. Por ello, se toma el objetivo de regresar al combate profesional.
Para su estreno como directora, Berry abusa del recurso del travelling. Además, la escena en la que se muestra aquella frustrante pelea que la alejó de las grandes ligas carece de peso visual y dramático.
A pesar de la falta de un trabajo fijo, problemas con el alcohol y ataques de pánico, el personaje principal retorna a los gimnasios y allí conoce a Buddakhan (Sheila Atim), una prestigiosa y sabia entrenadora, quien le arma a Justice una estricta e intensa preparación física y estratégica. Es en esas sesiones donde la protagonista decide cambiar de manager y acepta una pelea de regreso, nada menos que por el título mundial de la empresa de MMA Invicta FC. Su rival, interpretada por la actual campeona de UFC, Valentina Shevchenko, es Lucía “Lady Killer” Chávez, una imponente atleta argentina.
Más allá del costado deportivo que aparece como principal -en especial, en la segunda mitad del largometraje-, el film pasa por muchos tópicos como la violencia de género, el abandono y la infancia en contextos difíciles, pero no todos ellos poseen profundidad. A pesar de mostrar un panorama con amplios ítems, la trama resulta lineal y carente de una mayor cantidad de diálogos que otorgue épica y sentimiento.
Dentro de lo positivo, Buddakhan es un interesante personaje (sólida interpretación de Atim) que cumple con su rol de encauzar a la protagonista. Además, la química entre Berry y Boyd Jr. tiene sus momentos destacados, con una lograda escena que da cierre a la película.
No quedan dudas de que Berry se entregó al cien por ciento para este papel. Incluso sufrió lesiones en el rodaje de la pelea final. Su performance, en líneas generales, está de hecho por encima de lo que la trama le ofrece.
En cuanto al mencionado combate entre Justice y Lady Killer, hay un buen juego de planos y variantes no sólo en las acciones de pie, sino también en las de suelo, con un alto porcentaje de realismo.
En síntesis, es una propuesta interesante por su enfoque inicial y por ser un proyecto que deja en claro el crecimiento a nivel mundial de las artes marciales mixtas en la rama femenina. Pero, a nivel dramático y narrativo, carece de originalidad, en tanto que su ritmo lento, en ocasiones, le juega en contra.
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