Crítica: Aftersun

La memoria en tensión permanente

Título original: Aftersun

Año: 2022

País: Reino Unido, Estados Unidos

Género: Drama

Dirección: Charlotte Wells

Guion: Charlotte Wells

Protagonistas: Paul Mescal, Frankie Corio, Celia Rowlson-Hall

Fotografía: Gregory Oke

Música: Oliver Coates

Producción: AZ Celtic Films, BBC Film, PASTEL, Screen Scotland, Tango Entertainment, Unified Theory, A24 (distribución)

Duración: 1 hora y 42 minutos

Aftersun fue una de las películas con mayor aceptación de la crítica internacional en 2022.

De menos de dos horas de duración, la propuesta británica-estadounidense cuenta con la dirección y guion de la debutante Charlotte Wells y se centra en la historia de Sophie (Frankie Corio/Celia Rowlson-Hall), protagonista que, con carga nostálgica, rememora las vacaciones que tuvo a los 11 años con su padre, Calum (Paul Mescal).

Se trata de un viaje tan real como melancólico: los recuerdos de la joven están en su memoria y también en su vieja cámara de video. Ese recurso acompaña todo el film, al igual que el sentido metafórico.

La conexión entre la Sophie adulta y la Sophie niña se da en una especie de cuarto narrativo. Allí, con fuertes flashes mediante, es la mujer quien ve al recuerdo de su padre e intenta reconstruirlo. A partir de ahí, el metraje se centra en la convivencia de la niña con su papá durante una estadía en Turquía. Si bien hay momentos de desencuentros, también hay una impecable química entre los personajes. La base fundamental es lo interpretativo, las actuaciones se ponen la narración al hombro.

En este sentido, es de valorar la carrera ascendente de Mescal, quien en cada proyecto agrega algo nuevo a su registro. El joven de 26 años ya se lució en el pasado reciente en proyectos como Normal People y La hija Oscura.

La dirección de Aftersun posee aciertos y errores. Entre lo primero, vale mencionar el atinado recorrido que la cámara hace por el lugar de los hechos. Ello sirve para ubicar en contexto al espectador. También existe un trabajo positivo en la cuestión de transmitir las emociones y sensaciones de los protagonistas.

Frankie Corio y Paul Mescal, en un pasaje de Aftersun.

Esto último se ve en especial con uno de los tópicos del film: la transición entre la infancia y la adolescencia que vive Sophie. Con el uso del primer plano, y el foco puesto en la visión de la niña, la directora consigue mostrar el sentir de la chica.

Entre lo negativo están algunos extensos planos. El ritmo lento es intencional, pero una cosa es una escena lenta, y otra, una toma tediosa (en especial, en partes de la primera mitad de la película). No ayuda en nada a la mínima fluidez que debe poseer cualquier producto para entretener.

Otro ítem que resulta irregular son las escasas apariciones de la Sophie adulta. Si bien es una decisión discutible, algunos minutos más sobre el presente hubieran cerrado mejor la idea.

Lo mejor: el desempeño actoral y cómo se cuenta el pasaje de Sophie de niña a preadolescente.

Lo peor: ciertos planos que resultan tediosos.

Brinda: Reflexión

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